Gangrenas que no curan,
identidades perdidas.
Un paraíso insaciablemente infernal
y una mirada gritando en silencio.
Dulces historias en ninguna parte,
personajes invisibles,
diálogos inexistentes...
Cuánto más esperar viendo tanta luz,
con los ojos encandilados y quietos.
Hubo un día en que explotó el abismo...
Un abismo... infinitamente inmenso.
Historias de nadie en habitaciones vacías.
Ví el fuego estallar y caer gente por la ventana.
Pisadas que aturden, oí sus gritos sordos,
mientras soldados se divertían baleándolos.
Padres muertos y enterrados,
ví sus cuerpos desaparecer en el fuego.
Recuerdos aterradores de aterradores días.
Unos vivos que gritaban... en un baldío sangriento.
Carcajadas apagadas en balas que aturden,
ví sus ojos desorbitados de terror y miedo.
En salas blancas llenas de sangre,
silencio eterno... dolor profundo.
Serhafin