sábado, 20 de febrero de 2010

Dévaster!

Pasó el exterminador por mi patio
una noche de verano... cuando amanecía.
Siempre ocurre de noche, cuando sopla la brisa.
Se interpone entre nosotros y no nos deja hablar...
nada podemos oir el uno del otro.

Mientras algún charco de sangre inunda las venas...
del lado interno de la piel... sin chistar.
Mientras cae un gran silencio posterior
a la violencia desmedida y vil.
Un paso más y no habrá silencio.



De joven era el chico al que amabas...
ahora es el hombre al que le temes.
Sin remordimientos ni dudas...
sigue juzgando sin escuchar.

Recuerdo cuando eramos jóvenes... todo
aquello resplandecía, y escupíamos sangre azul.
Ahora que las carnes se desploman
y las canas nos invaden... nadie más que el exterminador
sostiene la puerta y prepara nuestras camas.



Nuestros hijos con los ojos rojos e irritados
miran llorosos nuestra caída definitiva.
Dónde estarán los amigos de los grandes días?
Dónde caerán nuestros cabellos cuando no haya aire?
Ya no tengo miedo, ni una esperanza fugaz.

El paraíso se fué oscureciendo... y los bosques
se llenaron de carnívoras flores...
hijas del exterminador voraz.
Ya no le temo a los fantasmas, convivo con ellos constantemente.

Pasó el exterminador por mi patio una noche de verano...
ya no temo que los gusanos me devoren.
Nuestros hijos lloran por nosotros... con los ojos
rojos e irritados...

Serhafin